Carta a un millennial, a un geek y a un JASP 7.0

Queridos millennials, geeks y JASP 7.0:

Este dinosaurio de 45 años, este periodista de papel, no os tiene miedo.

Tendréis dobles y triples licenciaturas (como las hamburguesas del macdonal), másters, MBA, cuatro idiomas, dos doctorados y tres posgrados, dominio de las RRSS, marketing digital, community manager, founder, etc etc etc, pero yo poseo otras cualidades, la mayor parte de ellas no aparecen en mi CV. O quizás sí.

La más importante, la que resume todas es que SOY DE CÁDIZ, con todo lo que eso implica: poesía, carácter, genio, chispa, sin miedo al ridículo y a su hermano mayor el fracaso, arrojo, imprevisibilidad, siempre con una salida, improvisación, humor, optimismo contagioso, buen rollo, liderazgo con minúsculas, ser feliz con poco, luchar contra la lógica, hacer posible lo imposible, ironía a raudales, sarcasmo, capacidad de ridiculizar y sacar de sus casillas al más pintado, capacidad de superación, generosidad, puro corazón, espíritu de equipo, carcajadas ante la adversidad… Y con una sonrisa franca y plena después del partido. Pase lo que pase.

¿Entendéis ahora por qué no os tengo miedo?

Mereció la pena

Si sientes tristeza cuando recuerdas a alguien es que realmente ese alguien te hizo feliz y lo que vino después (cuando todo se acabó, cuando las luces se apagaron y la magia desapareció, cuando las mariposas dejaron de batir las alas y se fueron, cuando las risas y las promesas dieron paso al silencio y a la lágrima callada) nunca podrá borrar esa sensación de felicidad, esos latidos desbocados de un corazón que estuvo a punto de estallar ante tanta belleza.

Pasear y correr descalzo en soledad por la orilla con el agua del mar de Rota cubriéndome los tobillos es un momento único para mí, más que jugar con las gaviotas y sus crías, o comprobar cómo las olas hacen desaparecer mis huellas. O no… Algo queda. Siempre. Unas figuras amorfas y abombadas o hundidas que dan fe de que un hombre feliz estuvo allí.

Una de mis películas preferidas es ‘El río de la vida’, de Robert Redford y con Brad Pitt. Y reza así el cartel de la película: Nada perfecto dura para siempre… excepto en nuestros recuerdos.

Solo siento gratitud.

Mereció la pena.

Feliz día de la madre

Hace cuatro años y medio, mi madre sufrió un ictus. Se salvó por diez minutos (la visitó cenando) y le quedaron graves secuelas físicas y mentales.

Cuando la vi por primera vez en el hospital me tuve que refugiar en el WC porque solo podía llorar y llorar.

Cuando la vi en una silla de ruedas se me cayó el mundo encima.

Esta foto se la hice en mi primera guardia con ella. Ahí tuve más claro que nunca que Dios era un puto genio. Pude apretar con todas mis fuerzas su mano muerta sin que sufriera dolor alguno.

Desde un punto de vista estrictamente profesional… Mi mentora, mi coach, mi inversora, mi avalista, mi responsable de RRHH, mi experta en RRSS, mi jefa… Mi madre.

Aun estando enferma como está por un maldito ictus sigue siendo mi pricipal coach.

Aparte de la vida y mil cosas más que ahora no recuerdo, es la responsable número uno de mi vocación periodística y política.

PD

El cabrón del Sr. Ictus no pudo robarle la sonrisa a mi madre.
Por algo somos Barrios!!!!

Dicen que a una madre se le debe la vida. Yo a esta mujer se la debo doblemente ya que le recomendaron que me abortara. Era un embarazo de alto riesgo. Gracias, María del Rosario Barrios Sevilla. He intentado ser siempre lo que tú siempre quisiste que fuera: un hombre recto y con ideales.

Nacho Duato: eres mi ídolo

Dicen unos pocos que afirman ser católicos (yo lo soy, aunque tirando a tibio por lo poco practicante que soy) que la homosexualidad se contagia, que qué es eso de que dos personas del mismo sexo se casen, tengan hijos….. Creo que debí haberme contagiado.

Tengo muchos amigos gays, y es un colectivo por el que siento mucho, mucho cariño.

Sí, yo fui uno de esos niños y adolescentes (y no tan adolescente) que llamó maricón a algún compañero del colegio o de bares (sobre todo, a sus espaldas)…

Sí, yo he visto cómo un amigo casi me pedía perdón llorando por ser homosexual. Y acabamos llorando juntos!!! Y esa confesión reforzó para siempre nuestra amistad

Sí, yo tengo un tío gay, apestado… Y admirado por hacer con su vida lo que le ha salido de los… Decretos.

Sí, sin duda, me habéis contagiado. GRACIAS