Archivo por meses: agosto 2019

CP Luis Ponce de León

Categoría: Andalucía

Aquí hice la EGB. Aquí conocí la pobreza, la desnutrición, el paro, la marginación, la droga… Había una barriada al lado que se llamaba ‘sin ley’. Los del butano entraban alli escoltados. 
Un día, el padre de un amigo, policía, fue asesinado por un camello que era primo de varios amigos… Era feliz cuando la gente tiraba a los bidones de basura el papel de plata de los bocadillos. Hacíamos con él una pelota de fútbol. 

Bolas de papel de alumnio


Uno de mis amigos, Alejandro, era observado mal por muchos por ser gitano. Era un buen amigo y fiel compañero de juegos. Una vez, en un partido de fútbol, empezó a llover a cántaros. Los niños iban abandonando el terreno a refugiarse. Nos quedamos solos ante las miradas del resto. Estábamos en distintos equipos. Y no había manera de desempatar. Nos marcábamos gol el uno al otro. Y nos importaba un carajo estar calados… Nuestra fuerza venía de la roca de Pico Barro.

Me crucé con él 20 años después. Había sido boxeador, guardaespaldas y recluso. Mató a uno. 
Mi madre, que era profesora (muy querida allí) y me veía con malas compañías, según ella, me mandó a un colegio del Opus. El cambio fue brutal. Y allí sufrí bullying un par de años. 
Luego, Derecho en Sevilla, en la pública. Y para rematar, Periodismo en la elitista Universidad de Navarra.

Me he criado con Domecqs, Osbornes, Masaveus… Y también con Gabarris, Giménez, Gregsons, Smith, Yoani… Y a que no sabéis con quién me quedo? 
Sí, soy de los vuestros. 
PD
Estoy en carretera, comiendo los bocadillos que me prepara mi padre… Y hago bolas de papel de plata que me recuerdan quién soy y de dónde vengo

No me canso de luchar, no me canso de perder, no me canso de vivir.


Besos de leprosa

Categoría: La vida

Ignoro si eres feliz como dices, ojalá sea cierto y seas feliz cómo, dónde y, aunque me rompa por dentro decirlo, con quien sea.

Ignoro qué tendrá él que no tenga yo. Sí, soy así de crío, cuarentón con pataletas de bebé porque esto de vivir a veces resulta irracional y caprichoso. Ya sé que no encuentras porque no buscas. Eres independiente, una superwoman. Te bastas y te sobras. Intimidas (pero a mí no). Es lo que tenemos los supervivientes y los que llevamos coraza. O al menos pretendemos llevarla. Y los que no tenemos nada que perder porque ya lo perdimos todo.

Ignoro si tus labios seguirán tan resecos como la última vez que los probé o como cuando me dejaste. Solo podré decirte que fueron los besos más maravillosos de mi vida, que te los llevaste en un tren y nunca más volvieron.

Ignoro qué es el amor. Amo el amor sí, pero también creo en los amores de otoño. Son los verdaderos, los que ven una puesta de sol que empieza y no saben cuándo termina.

Ignoro por qué no me diste una oportunidad, una carga y dos.

Ignoro por qué un día dejé de luchar por ti. No fue porque tirara la toalla. No, yo soy el puto James J. Braddock, ‘Cinderella Man’, el hombre que no se dejó tumbar.

Ignoro si tienes memoria.

Ignoro si me estás leyendo.

Ignoro tantas cosas. Lo único que sé es que eres mi musa y que tienes labios de leprosa.

(Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)


Dos 15 de agosto

Categoría: Andalucía

A veces la vida es caprichosa. ¿A veces? ¿¿¿¿A veces???? No, siempre. Los humanos somos para los dioses como las moscas para los niños juguetones; nos matan para su recreo. Esta frase no es mía (y mira que se me ocurren muchas cada poco) sino de un tal Shakespeare.

Amor, nacimiento, muerte, lágrimas, risas… Ese es el juego que tienes que jugar durante un tiempo determinado, sin prórrogas ni penaltis. Ese es el fútbol de la vida. Un 15 de agosto piensas que has conocido al amor de tu vida y otro 15 de agosto ves cómo casi se te escapa un amor aún más fuerte, tan fuerte que es verdadero, el de un hijo hacia su padre.

Te quedas impactado cuando te dicen que por unas cuantas horas se salvó tu viejo ayer, que hoy acaba de dejar la Unidad de Cuidados Críticos y pasa a la UCI. Es entonces cuando realmente uno es consciente de lo que ha estado a punto de perder y por lo que realmente merece la pena luchar y llorar.

Soy creyente y muy poco practicante, y creo en las señales, aunque más en la Providencia. Y en la Virgen María Auxiliadora, la de mi pueblo, Rota. En su Asunción me dio una esperanza que se marchitó y otra que sigue viva. En ambas hubo y hay amor y eso es lo que de verdad cuenta. Si no tengo amor, no tengo nada.