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Gracias, Goyo

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Categoría: Política

Era un 24 de enero de hace 25 años en Sevilla. Generosamente soleado, el día prometía pero pronto se oscureció. ETA había asesinado la tarde anterior a Gregorio Ordóñez, concejal del PP en San Sebastián y azote de batasunos y etarras. Por eso le mataron. Tenía solo 36 años.

Eran las ocho de la mañana y me metí en la cama del que era mi compi de piso, mi hermano, a escuchar a Antonio Herrero. Me hizo llorar (a mí y a centenares de miles de oyentes) Ana Iríbar, que llena de rabia y desolación, deseaba la muerte de los que le arrebataron lo que más quería, convirtiéndola a ella en viuda y a su hijo Javier, de 14 meses, en huérfano.

Yo hasta ese momento poco sabía de la vida y mucho de la diversión. Tenía 20 años, estudiaba Tercero de Derecho y gozaba de unos sueños que no iban más allá de Rota y la Base.

Pero llegó Goyo y ahí surgió mi vocación politica, algo que había mamado de pequeño, viendo y escuchando tertulias, mítines y entrevistas. Por no hablar de ensayar discursos frente al espejo del cuarto de baño, algo que sigo haciendo.

Decidí entonces afiliarme al PP, a las NNGG, donde muy poco duré. Aquello era un club social lleno de señoritos andaluces, cortijeros. Buenas bodas!, pensé, y eché el cierre a ese sueño.

No pasó demasiado tiempo, dos años y pico, para que éste volviera a llamar a mi puerta. Noche del 11 de julio de 1997. Ayuntamiento de Ermua. Segunda noche del ultimátum del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco (29), que dio el paso por Goyo. Estuve con un grupo de chavales de NNGG que se jugaban el tipo y algo más. «Mi madre me ha preguntado si merece la pena seguir, y yo le he dicho que sí, que son mis ideales», dijo Iñaki Ortega, que convenció al infortunado edil para que se metiera en política.

Pasaron años, lustros y me tocó entrevistar a un veinteañero llamado Albert Rivera, que por liderar un partido que defendía España había visto en el buzón de casa una bala dentro de un sobre.

Tiempo después, en noviembre de 2017, entrevisté a Inés Arrimadas poco antes de que hiciera Historia con su victoria en las elecciones catalanas. Me conquistó su valentía y su capacidad de sufrimiento ante gente que intenta romper este maravilloso país.

El pasado marzo, poco antes de las generales, conocí a un tipo corriente que, sabiendo que iba a perder, le echó un pulso al Gobierno por defender que Junqueras y cía habían cometido un delito de ‘rebelión’. Es mi amigo Edmundo Bal.

Todos ellos, héroes, han sido mi ejemplo en esta vida que pide a gritos una nueva etapa. GRACIAS.


Tenemos que hacer algo al respecto

Categoría: La vida

Me pasó una cosa curiosa el otro día tras conquistarme, una vez más, un discurso de Mujica. Sí, populista, pero ese hombre llega al corazón porque sus palabras salen de las mismísimas entrañas del alma.

Vi a un anciano pero, sobre todo, a un espíritu joven (el otro día dijo eso de mí una chavalita y me cagué en…). Y es que el idealismo rejuvenece porque para sus ojos y su mirada no pasa el tiempo.

Y me preguntaba, sobre todo dada la situación que padecemos, qué hago con lo que me queda de vida. ¿Me llena mi trabajo? No. ¿Qué me dice el corazón, que es el que me gobierna? ¿Que tengo que hacer algo al respecto? Que, aunque no lo crea, aunque sea una mota de polvo, puedo mejorar las cosas.

Decía JFK, «No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país». Yo me atrevería a sustituir país por gente.

De niño, en clase de inglés, me preguntaba mi profesor nativo:
– ¿Qué quieres ser de mayor?
-Politician.
Alucinaba. Yo explicaba que a través de esa profesión (me agobiaba no saber dónde se estudiaba), podías ayudar a muchas personas. Es duro ver a una compi en clase con los bracitos en los huesos o saber que el hermano de un amigo está en la cárcel o con el mono, o el padre de una en el paro… O el padre de un conocido, policía, había sido asesinado por un familiar de varios amigos.

Todo esto te marca y ves la vida de otra manera, sobre todo cuando luego vas a colegios y universidades de niños ricos (sin serlo).

Por eso, al oír las palabras del expresidente uruguayo noto una sacudida y recupero a ese crío idealista que se hacía preguntas impropias de su edad, que hablaba con Dios con cierta frecuencia y que ensayaba discursos frente al espejo del cuarto de baño. Y sigo haciéndolo.

Ahora veo a un hombre de mediana edad, gordo, medio calvo, con arrugas, pero con los mismos ojos y la misma mirada. Y hasta el mismo propósito: Tengo que hacer algo al respecto.
Colgué mi reflexión y confesé mi amor por la política y la respuesta de un amigo de Linkdln me sobrecogió como si fuera el mismísimo Mujica. «Hazlo y a lo mejor nos arrastras a unos cuantos». Tenemos que hacer algo al respecto.


Oramas: gracias y adiós

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Categoría: Política

De esta investidura tengo muy claro que la ganadora moral ha sido Ana Oramas. Inés Arrimadas también ha hecho un gran papel. Su talento, descaro y pasión siguen creciendo, ha contado con el mejor jurista del Parlamento (Edmundo Bal) y ha sido favorecida por los turnos de intervención (alguna ventaja tiene ser de los últimos en salir por la escasa representación).

Mediáticamente, ha arrasado la canaria. Nunca un post mío en Linkdln ha recibido tantas visualizaciones (casi 65.000) y recomendaciones (450) en cuatro días y sigue subiendo. Estoy alucinando. Casi todo eran aplausos para ella. También críticas duras y alguna con fundamento.

Googleo y veo de todo. Hay luces y sombras, como tod@s, pero lo que ha hecho en estos días la todavía diputada de Coalición Canaria justifica toda su carrera. Demostró que el interés general está por encima de todo, de ella, de su partido… No hubo muchos valientes cerca que se rebelaran contra su propia formación. Curiosamente, Pedro Sánchez cubrió de oro a los rebeldes de 2016.

Hacen falta heroínas, aunque también es cierto que debería renunciar a su escaño. Confío en que siga en política.

Chapó por Miguel Ángel Revilla y su PRC. Ha demostrado que el interés general vale más que un AVE, unas reformas en el hospital, un Ejecutivo autonómico (indecente la amenaza de Sánchez), una región… ¡Me voy a comer unas anchoas a su salud!

Esto es la política con mayúsculas, con estadistas, no oportunistas ni estómagos agradecidos ni gente que, con ‘CV modelo Lastra’, no tienen dónde caerse muerta si dejan la res publica.

Le deseo sinceramente lo mejor a este Gobierno. Será buena señal. Y que como dijo Pablo Casado, Sánchez sea capaz de engañar a los independentistas y proetarras como ha hecho con sus votantes y el PSOE.

Son muchas las líneas rojas que ha cruzado el madrileño, pero que no nos engañen él e Iglesias: no hay dos Españas. Hay una en la que su presidente del Gobierno pacta con españoles (mal que les pese) que quieren destruirla.