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El mejor regalo

Categoría: La vida

Pasan los cumpleaños y cada vez es más difícil encontrar un regalo que me guste, aunque creo que esta vez he tenido suerte. El Señor ha sido especialmente generoso conmigo en este 2022.

El dinero siempre viene bien, claro, y más en estos tiempos de guerra, especulación y torpeza de los gobernantes. Gracias, papás, María del Mar y tía Conchita de parte mía y de Endesa. 

¿Un desayuno con los mejores churros y chocolate con Antonio, mi hermano del alma, con 30 grados a las 9 de la mañana en Sevilla? 

Un menú baratito ( lo que va en rojo no, ¿eh?) en el wok con la mujer que quiero? Y entre sushi y sushi de salmón borracho de salsa de soja otro regalo, el de las lecciones de vida de mi suegro y amigo Pepe (no te olvido, chaval). 

Llamadas de primos, amigos y hasta de Lauren, un compañero del Diario Palentino, el primer periódico en el que trabajé con un contrato ‘de verdad’ allá por 2001? 

¿Una confesión con mi amigo sacerdote Javi, al que conozco desde hace 45 años más o menos y al que hacía mucho que no veía? Y en el Edificio América, nexo de unión. 

¿Una gorra del club de golf de la Base de Rota (no he jugado en mi vida, pero sí iba al Pizza Villa de niño y adolescente) de mi amigo Joe M? 

Regalo de Luis, Julia y Sofía.

¿Un abrazo de mis primos Luis y Julia y de sobrina segunda Sofía después de un año incomunicados?

¿Ver que está bien Ana, la viuda de Santiago el portero, que se encuentra en una residencia que parece un hotel? Ellos pertenecen a mi infancia y adolescencia feliz. 

¿Probar las navajas en la imponente terraza de mis amigos los Lluch mientras recuerdo a mi Lola? 

¿Tener el teléfono de unos curanderos del pelo de Dos Hermanas? 

Creo que me voy a quedar con el babero azul de la foto. 

Me lo regaló una señora que vivía en la residencia de Ana. Estaba colocada justo enfrente de la entrada. 

No esperaba a nadie. ¿Y por qué lo pienso? Porque tenía esa mirada de abueletes de obra. Se la veía feliz desde su privilegiado palco observando a los que llegaban a visitar a sus seres queridos, y cómo estos salían con ellos. 

No puedo ocultar mi amor por los ancianos (a mi Silvia le pasa igual, y hasta le pagan). ¡Se aprende tanto de ellos! 

Para variar, me acerqué a ella y le dije que era muy bonito aquello y que daban ganas de quedarse. Se rió con ganas e intentó disuadirme. Ana estaba al caer y la conversación iba a ser muy corta… Y tampoco sabía si mi nueva amiga estaría de buen ánimo o no. Así que después de hablar de la comida (pinché en hueso) me fui despidiendo. 

Y entonces sacó eso y me dijo que era muy importante. 

Me esperaba cualquier cosa, la verdad. Ser curioso por vicio y por oficio es lo que tiene. Así que empecé a abrir esa inmensa servilleta azul y para mi tranquilidad estaba limpia, por lo que he podido guardar el mejor regalo de este cumpleaños número 48.


Yo soy ucraniano

Categoría: La vida

Como muchos españoles, me cuesta llegar a final de mes, y más ahora con la luz, etc. etc.

Escuchábamos mi mujer y yo la radio, Onda Cero Burgos, y ahí dijeron los puntos de recogida de ayuda para Ucrania. Suerte que nuestra parroquia, la de Nuestra Señora del Rosario, en Burgos, es uno de ellos.

Así que nos volvimos locos… Gasas, Betadine, arroz y latas.

Puedes tener dificultades para llegar a final de mes, puedes estar endeudado hasta las cejas… Pero tienes casa, calefacción, comida, mantas, medicinas, agua, no te bombardean, no te matan ni a ti ni a los tuyos…

Quiero publicar esto porque seguro que a ti también te conmueve lo que está pasando no muy lejos de tu casa.

Igual piensas que soy un exhibicionista, un bien queda… Es posible.

Recuerdo que hace 20 años y pico monté en Palencia , donde trabajaba como periodista, una comida el día de Nochebuena para gente necesitada.

Fue increíble. De cuento de Dickens. Colaboraron el dueño de un restaurante, un antiguo chef de Cocó Chanel, el gerente de Carrefour, un carnicero, un pescadero, un empresario de marisco, un director de la delegación de una compañía de seguros y sus secretarias (con maridos e hijos), unos comediantes que acabaron como mendigos…. Es lo bueno de mi oficio: creas una red de contactos increíble.

En mi periódico solo me ayudaron dos personas (el director publicó la historia sin nombres ni apellidos y un dibujante puso su granito de arena en el reportaje). El resto… Nada. Bueno, sí, una progre (y perdón si parezco de vox) que me dijo que lo mío era postureo católico, que era del Opus y me habló de la película ‘Plácido’ y ponga un pobre en su mesa… Hubo risitas cómplices.

Y yo casi tiré la toalla porque las cosas no marchaban… Pero los otros locos tiraron de mí.

Rezo, rezamos, pero, como dijo Cromwell, hay que confiar en Dios pero también mantener la pólvora seca.

Nuestra pólvora son alubias, lentejas, albóndigas, gasas, Betadine…

Hubo un hombre que me enseñó a ser soñador y a saber que había muchos más, un ejército de juannadies. De otro aprendí que había que amar el mundo apasionadamente.


Silvia

Categoría: La vida

Sí, tengo COVID, y no, no me estoy muriendo. Tengo mucha fe, es mi mayor tesoro, pero eso no quita para que piense si esto se va a agravar (llevo tiempo sin fiebre, aunque estoy algo mareado, cansado y con escalofríos) o si me quedarán secuelas. Sabemos tan poco de esto!

Caprichos de la vida (ya me pasó cuando fui padre durante varias semanas de un nasciturus invisible), di positivo anoche 48 horas después de la tercera vacuna.

Mis amigos antivacunas se relamen con argumentos que rechazo de plano y no me río porque hay muchos muertos. Como mi tía Consuelo. Solo hago este razonamiento: dónde estaría yo si el bicho hubiese entrado en mí sin que estuviera protegido por Pfizzer, Moderna…

Esta noche me he puesto sentimental viendo Frasier. Es un capítulo que transcurre en el hospital, y me he acordado de cierto artículo que escribí hace varios años en el blog que me hizo mi buen amigo Pedro Gómez. En él hablaba de una falsa alarma de infarto de hace años, y mi tranquilidad pasmosa para ir a Urgencias. Siempre tienes la idea (equivocada) de que nunca te va a pasar nada y la certeza (aplastante) de que, al menos en mi caso, vas ligero de equipaje.

Y me puse a escribir…

Y ahora lo vuelvo a hacer. Poco más he de añadir a lo que escribí. Si acaso he dejado atrás mi motivación política (¡menudo chasco!) y no dejo de pensar en las dos mujeres de mi vida, mis dos grandes amores, mi madre y mi esposa, Charo y Silvia (curiosamente así me iba a llamar mi progenitora si hubiese sido niña).
Mi mamá no sabe nada porque bastante tiene con lo suyo, y yo, un reputado mentiroso, siempre tendré las nuevas tecnologías para marcarme un ‘Goodbye Lenin’.
Y mi mujer… Mi mujer… Hay tantas cosas que me gustaría decirle, y se las voy a decir. ¡Sabemos tan poco de esto!

Podría decirle lo mucho que la quiero y la necesito, lo desastre que soy y lo que supone en mi vida, lo increíble que me parece que se haya fijado en mí, me acepte y me quiera con mis michelines, mi alopecia y mis miserias interiores, lo pequeño que muchas veces me siento a su lado y lo solo que me veo cuando no está.
Así que diré Silvia , Silvia, Silvia


La orquesta del KRI – Nanggala -402

Categoría: La vida

Nunca se está del todo preparado para morir. O quizás sí. Los 56 miembros de la tripulación del submarino indonesio de sobra sabían que estaban condenados.

Ellos querían darnos un testimonio de vida, poner música a sus últimos momentos de vida. Como la orquesta del Titanic.

Nunca se me olvidará el cuadro de Goya ‘Los fusilamientos del 3 de mayo en Madrid». Unos se tapan los ojos ante lo inevitable, otros suplican, otros miran a los fusileros franceses con gallardía, con tristeza y con miedo, y algunos rezan mientras a su alrededor están rodeados de cadáveres.

Me ha venido a la memoria una de mis películas preferidas, ‘Cartas desde Iwo Jima’, cuando los soldados de esa isla maldita, completamente abandonados a su suerte y sin posibilidades de ganar a los americanos, escuchan por radio a un coro infantil que les dedica una canción.

Yo siento una enorme curiosidad, como los gatos, y eso que no me gustan.

También siento una enorme gratitud

De haberte conocido, de todo lo que he vivido y me queda por vivir, de haberme encontrado por el camino con gente buena y mala que no deja de enseñarme, de las maravillas de la Naturaleza… Y, por encima de todo, siento gratitud por la fe que Dios me regaló.


Tú eres Jesús

Categoría: La vida

Tú puedes ser Jesús, y el vecino, y la desconocida. Jesús está en todas partes. Sólo tienes que fijarte y mirar hacia el pecho: está en todos nuestros corazones. ¡Feliz Navidad!

No hay tinieblas que puedan con nosotros, la oscuridad nunca vencerá porque está de paso, porque a la noche le sigue el día, porque los canallas, esos que intentaron matar al Niño, un día dejarán su látigo por puro cansancio.

No tengáis miedo porque todo pasará, y si pasa, qué? Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo porque Tú y porque tú estáis conmigo.

¡Feliz Navidad!


La gaviota

Categoría: La vida

Foto: Enrique Román Carballo

Mi animal preferido

Anoche, a eso de las cinco de la madrugada, volví de mi paraíso, de mi descanso del guerrero.

Increíble. Lo nunca visto. Dos tardes de playa, un baño, un paseo nocturno hasta el espigón… Y familia y muchos amigos. Aparte, una Liga a ritmo de choco y limón con bufanda del Madrid y mascarilla blanca.

Me siguen fascinando las gaviotas. No sé qué será de mi vida, pero sí qué seré en la próxima.

Contemplar y meditar son parte de mi ADN. Desconectar del todo, desgraciadamente, no.

He tenido tiempo para pensar en mis ilusiones, mis proyectos, mi pasado, mi vida… Quizás porque he estado solo, en plan Robinson Crusoe, durante casi una semana, quizás porque me caen 46 en dos.

Alguien a quien quiero mucho y me quiere poco me suele decir sin venir a cuento, que ojalá se cumplan mis sueños. Pues bien, si vuelve a soltarme ese deseo prefabricado, lleno de conservantes y colorantes, es posible que le mande a la mierda, aunque supongo que me limitaré a un GRACIAS. Y quién sabe si en un arranque de sinceridad le diré a ese falso amigo quedabien, de esos que cubren el expediente en navidad y poco más, que se me olvidó soñar, que los dos últimos sueños se esfumaron, que toca sobrevivir. Hoy más que nunca.

Mi lucha.

Mientras pensaba en ella, en mi lucha, y me atormentaba por las ilusiones vacías, los esfuerzos estériles y los corazones huecos, me puse a contemplar gaviotas. No eran las cien de Duncan Dhu. Quise cazar a varias pero no pude. Demasiado rápidas. Y entonces me giré y la vi. Y lo comprendí todo.

Volaría sin rumbo fijo. Como ella.

Volaría con el sol detrás. Como ella.

Volaría solo. Como ella.

Volaría en modo ultreia et suseia, mirando hacia lo alto y hacia adelante. Como ella.

Volaría con hambre. Como ella.

Volaría por el mero placer de volar. Como ella.

Volaría sin preocupaciones, sin ilusiones, sin proyectos, sin esperar nada de la vida ni de nadie, sin pensar en el mañana ni en el ayer sino en el ahora. Como ella.

¡¡¡Hay tantas señales!!!

PD

Ya he encontrado una nueva ilusión, escribir mi primer libro.