Pasado, presente y futuro de Ciudadanos

Pasado, presente y futuro de Ciudadanos

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Categoría: Política

Acabo de ver la entrevista de mi admirada Ana Pastor a Albert Rivera y creo que el líder de Ciudadanos ha estado brillante en líneas generales.

Una y otra vez ha justificado la incorporación de cadáveres políticos a sus filas en aras a que la situación en España ha cambiado (las críticas de hace diez años a Celestino Corbacho y Soraya Rodríguez parece que han prescrito), también que se sentara con Sánchez y dijera «never never never» a Rajoy…

Pero el tiempo pasa para todos, incluso para él (cómo le envidio por ese pelazo, diosssss) y se nota que esa mochila de la que él hablaba se va cargando de piedras: bandazos, pucherazos… En una palabra, se aprecia claramente un desgaste.

En mi calidad de analista político y gaditano voy a intentar desgranar las claves de un partido abocado más pronto que tarde a una catarsis. Muy necesaria, por cierto, y no solo porque las primarias han dejado bajo sospecha a la cúpula (el milagro de los panes y los votos en las de Castilla y León se produjo en Burgos, donde los miembros de la lista son del aparato y clementistas), sino también muchas heridas internas, con gente válida que se ha batido el cobre que han sido o han intentado ser reemplazadas por caras conocidas (y rebotadas y acabadas) del odiado bipartidismo.

Lo de Francisco Igea (con una labor destacadísima en el Congreso y muy querido entre compañeros y bases) tiene delito porque le pusieron contra la espada y la pared: o te retiras de la lucha con Clemente o te quedas sin sitio en las generales. No pocos cargos han dimitido y alguno ha llevado a los tribunales a su propio partido….

Otra razón para esa crisis que se atisba en el horizonte es el desgaste anteriormente aludido. Interno y externo si las encuestas se cumplen y pasa como en Andalucía, que hay subida pero no tanta como creen, lo cual sería una victoria a medias con tintes de decepción. Si hay autocomplacencia, malo.

Vamos al grano.

Imaginemos que un chico emprendedor quiere montar un bar en el pueblo después de haber estado trabajando en varios (uno fue en NNGG del PP, donde yo tampoco pagué cuotas, por cierto)… Encuentra un local muy chulo por el centro y lo monta con varios socios. Por aquello de la novedad y de lo hartos que están ya de los dos bares con más solera, muchos van hacia allí.

Contrata nuestro amigo camarer@s (much@s jovencit@s y guap@s), barman de calidad, vigilantes de seguridad, RRPP… Y una DJ.

El local se va llenando, un día menos y otro día más… Hacen obras para aumentar su capacidad, pero no lo completan, al mismo tiempo que descubren que cada vez más gente viene por la pinchadiscos, que imprime su personalidad en el bar. Viene hasta gente nueva que no iba a los otros bares.

El emprendedor, que ve cómo no termina de despegar el negocio y empiezan a haber perdidas tras un par de decisiones erróneas, hace socia a la DJ.

A la chica se le presenta un dilema…

  1. Sigue de socia y afronta ella también las pérdidas, beneficios pequeños menguantes sabiendo que puede levantar el negocio ella solita.
  2. Comprar el bar, cambiar parte del equipo y hacer rentable esa inversión fuerte inicial, e incluso llevar a cabo obras.
  3. Irse y comprar un local y empezar de cero… Pero sabes que a ese bar va a ir tu clientela fiel, está en un lugar estratégico, tiene buena música, mojitos de calidad etc

¿Sigo?